Todos llevamos un conjunto de "verdades" internas que dictan nuestras acciones. Estas son nuestras creencias. Muchas nos potencian ("Soy capaz", "Merezco lo mejor"), pero otras, a menudo heredadas o creadas en la infancia, nos limitan. Son las creencias limitantes.
Una creencia limitante es un pensamiento que has aceptado como un hecho inamovible, aunque sea falso. Ejemplos comunes:
"No soy lo suficientemente bueno para ese puesto."
"No puedo ganar dinero haciendo lo que me gusta."
"Si tengo éxito, la gente me criticará."
Son un "software" invisible que dirige tu vida, saboteando tus objetivos antes de que empieces a actuar.
El coaching te ofrece un espejo para ver estas creencias y un martillo para romperlas. El proceso consiste en:
Identificar el patrón.
Cuestionar la evidencia: ¿Es esto un hecho o solo una historia que me cuento?
Reemplazarla por una creencia potenciadora que te sirva.
No puedes cambiar lo que no ves. Una vez que sacas estas "verdades" a la luz, pierden su poder.